sábado, 14 de octubre de 2017

Busquemos perlas escondidas

Comentarios para la Sección Busquemos Perlas Escondidas de Juan 15 la 17 | SEMANA DEL 22 AL 28 DE OCTUBRE

¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?

JUAN 15:14
Esto muestra que para tener verdaderas amistades están deben hacer lo que cristo manda. Porque los amigos de Jesus son los que le obedecen sin importarle a el su edad, sus antecedentes nacionalidad o raza.
JUAN 17:3
Este texto nos muestra que lo practico en este mundo no es tratar de sacarle el mayor provecho a este mundo, lo practico, es dedicar tiempo a estudiar la Palabra de Dios la biblia y aprender lo que se necesita para agradar a nuestro creador, ya que esto puede resultar en que recibamos, no solo la maravillosa garantía de Dios de tener las cosas físicas necesarias ahora, sino vida eterna en el futuro.
JUAN 17:17
Este texto me gusta porque lo puede utilizar en la predicación para enseñar a la gente que para que una religión sea la verdadera, sus enseñanzas deben estar basadas en la biblia porque el texto dice que la única verdad se encuentra en la palabra de Dios.
JUAN 17:16
El texto me enseña que los cristianos no toman partido en los asuntos políticos de este mundo, porque nos somos parte de este mundo. Y que la comisión de servir a Jehova se origina de Dios, no podemos, por lo tanto, dejar de servir a Dios cuando las autoridades mundanas inferiores lo exigen.
JUAN 16:33
Este texto me enseña que no debo sorprenderme ni aflojar el paso cuando vengan pruebas o tribulaciones por servir a Jehova porque jesus lo menciono, así también se enfrentaron los siervos del pasado por eso debo estar resuelto a jamas aflojar el paso o tropezar por los problemas.
JUAN 17:26
Este versículo nos hace pensar en la urgencia de predicar. En la última oración que hizo con sus once apóstoles fieles, Jesús señaló la conexión que hay entre conocer a Dios y crecer en el amor: “Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos, y yo en unión con ellos” (Juan 17:26). Jesús ayudó a sus discípulos a cultivar la clase de amor que existía entre él y su Padre. Para ello, les reveló con sus palabras y obras todo lo que representa el nombre divino, es decir, la suma de las maravillosas cualidades de Dios. Por eso pudo decir: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9, 10; 17:8). El amor cristiano es obra del espíritu santo (Gálatas 5:22). En el Pentecostés del año 33, los primeros seguidores de Jesús recibieron el espíritu santo prometido, lo cual no solo les permitió recordar las enseñanzas de su Maestro, sino también entender mejor el significado de las Escrituras. Sin duda, esta mayor comprensión llevó a que creciera su amor a Dios (Juan 14:26; 15:26). ¿Con qué resultado? Predicaron con fervor y valentía las buenas nuevas del Reino, aun a riesgo de sus vidas.
JUAN 17:25
Debido a la influencia de las religiones de este mundo, la mayoría de la gente ha decidido ignorar el hecho indiscutible de que Jehová tiene un pueblo unido que lo conoce de verdad. Eso mismo sucedió en el siglo primero, por lo que Jesús terminó su oración con estas conmovedoras palabras: “Padre justo, el mundo, por cierto, no ha llegado a conocerte; pero yo he llegado a conocerte, y estos han llegado a conocer que tú me enviaste. Y yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos, y yo en unión con ellos”.
JUAN 17:21
Los seguidores de Jesús alcanzaron una unidad análoga a la que existe entre Dios y su Hijo, y ello debido a que observaron la Palabra de Dios y las enseñanzas de Jesús. La misma actitud constituye un factor importante ahora en la unidad de la familia mundial de Jehová.
JUAN 17:16
Puede que estemos firmemente resueltos a mantenernos separados del mundo en grandes cuestiones, como la neutralidad, las fiestas o costumbres religiosas y la moralidad sexual. Pero ¿y las cosas más pequeñas? ¿Es posible que, incluso sin darnos cuenta, hayan influido en nosotros los caminos del mundo? Por ejemplo, si no tenemos cuidado, fácilmente podríamos adoptar un estilo de vestir impropio o poco digno. Ser fieles exige reflejar “modestia y buen juicio” en el modo de arreglarnos (1 Timoteo 2:9, 10). En efecto, “de ninguna manera estamos dando causa alguna para tropiezo, para que no se encuentre falta en nuestro ministerio; antes bien, de toda manera nos recomendamos como ministros de Dios” (2 Corintios 6:3, 4).
JUAN 17:14
Él no era parte del mundo porque no intervenía en las cuestiones sociales y políticas de su tiempo. “Si mi reino fuera parte de este mundo —explicó—, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.” (Juan 18:36.) También enseñó a sus discípulos a rechazar actitudes y formas de hablar y de comportarse censuradas en la Biblia.
JUAN 17:3
si queremos que Jehová sea nuestro amigo de verdad, es indispensable que estudiemos con la intención correcta. Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). Es verdad que la Biblia nos enseña muchas cosas nuevas e interesantes, sin embargo, como dijo Jesús, nuestra intención debe ser conocer mejor a Jehová.
JUAN 17:3
De acuerdo con algunos estudiosos del idioma griego, la expresión que se traduce “que estén adquiriendo conocimiento” también se puede traducir “que sigan conociendo”. Estas dos ideas tienen un significado parecido y son necesarias para llegar al fin deseado. En la Biblia con referencias, la nota al pie de página para Juan 17:3 ofrece esta opción: “[que] te conozcan”. Por tanto, la expresión “que estén adquiriendo conocimiento” se refiere a un proceso continuo que nos lleva a conocer a Dios. Pero conocer al Ser más grandioso del universo implica mucho más que entender su voluntad y sus cualidades. Implica tener una relación cercana con él y con nuestros hermanos en la fe, una relación basada en el amor. Bien dice la Biblia: “El que no ama no ha llegado a conocer a Dios” (1 Juan 4:8). Conocerlo también significa obedecerlo.
JUAN 16:13
El espíritu de Jehová nos enseña y nos ayuda a recordar. También nos revela ciertas verdades. Por lo tanto, puede ayudarnos a aumentar en conocimiento, sabiduría, perspicacia, buen juicio y capacidad de razonamiento. Por eso debemos perseverar en la oración, pidiendo específicamente ese espíritu (Luc. 11:5-13).
JUAN 16:12
¿Reveló Jesús todo lo que sabía de su Padre? Lo cierto es que no, pues hubo muchas cosas sobre las que guardó silencio (léase Juan 16:12). ¿Por qué? Él mismo aclaró la razón cuando les dijo a sus discípulos: “No las pueden soportar ahora”. Sin embargo, les explicó que les sería revelado mucho conocimiento cuando llegara “el ayudante”, el espíritu santo, el cual los guiaría “a toda la verdad” (Juan 16:7, 13). Tal como los buenos padres no les cuentan ciertas cosas a los hijos hasta que estos tienen suficiente edad para entenderlas, Cristo no les reveló a sus discípulos ciertos hechos referentes al Padre hasta que fueron maduros y capaces de comprenderlos. Bondadosamente, tuvo en cuenta sus limitaciones.
JUAN 16:7
En la actualidad el espíritu santo puede ayudar al cristiano dedicado a aumentar su conocimiento si se vale de las provisiones espirituales que Dios suministra mediante el “esclavo fiel y discreto”. (Mateo 24:45-47.) El espíritu de Dios nos ayuda al darnos el denuedo y la fuerza necesarios para testificar como siervos de Jehová.
JUAN 16:1
Un léxico bíblico explica que una forma del verbo que se traduce en este texto “tropezar” significa “hacer que una persona empiece a dudar de alguien en quien debe confiar y a quien ha de obedecer, y la abandone; hacer caer”. Al acercarse la Conmemoración, todos haríamos bien en reflexionar sobre la vida de los siervos fieles del pasado y el presente, e imitar su ejemplo de perseverancia bajo prueba. No permitamos que ni la oposición ni la persecución nos hagan abandonar a Jehová y Jesús, sino resolvámonos a confiar en ellos y obedecerlos.
JUAN 15:19
La palabra “mundo” se refiere aquí a la sociedad humana alejada de Dios (Efesios 4:17-19; 1 Juan 5:19). Estamos separados del mundo en el sentido de que rechazamos las actitudes, el habla y la conducta que ofenden a Jehová (1 Juan 2:15-17). Además, de acuerdo con el principio de que “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”, no cultivamos la amistad de quienes no siguen las normas cristianas (1 Corintios 15:33). No ser parte del mundo quiere decir conservarse “sin mancha del mundo” (Santiago 1:27). Por lo tanto, estar separados del mundo no significa vivir aislados, sin tener relación con los demás.
JUAN 15:17
Los cristianos tenemos muchas razones para amar a nuestros hermanos. Pues bien, en esta ocasión en particular, Jesús estaba pensando en otra más: el odio de que serían objeto. “Si el mundo los odia —aseguró—, saben que me ha odiado a mí antes que los odiara a ustedes. [...] El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán.” (Juan 15:18, 20.) Así es, los cristianos nos asemejamos al Maestro hasta en el hecho de ser perseguidos. Por tanto, forjemos entre nosotros un fuerte vínculo de amor a fin de contrarrestar ese odio.
JUAN 15:8
Las cualidades que produce el espíritu santo son un reflejo de la personalidad de Jehová, pues de él se origina dicha fuerza (Col. 3:9, 10). Ahora bien, ¿por qué deberíamos esforzarnos por imitar a Dios? Dirigiéndose a sus apóstoles, Jesús indicó la razón más importante: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan llevando mucho fruto” (Juan 15:8). Cuando cultivamos “el fruto del espíritu”, se notan los efectos en nuestra forma de hablar y de comportarnos, lo cual redunda en alabanza al Creador.
JUAN 15:8
¿De qué manera llevamos mucho fruto? En primer lugar, predicando con entusiasmo las “buenas nuevas del reino” y uniéndonos con ello a todas las cosas creadas en ‘informar’ acerca de “las cualidades invisibles” de Dios (Mateo 24:14; Romanos 1:20). Además, de este modo todos tenemos una participación, sea directa o indirecta, en hacer nuevos discípulos que se incorporen al coro de alabanza a Jehová Dios. En segundo lugar, cultivamos el fruto que produce el espíritu santo en nosotros y procuramos imitar las superlativas cualidades divinas (Gálatas 5:22, 23; Efesios 5:1; Colosenses 3:10). De esta forma, nuestra conducta diaria glorifica a Dios.

3 comentarios:

  1. Esta genial es muy útil y fácil de entender me encanta. Gracias hermanos por esta útil y valiosa herramienta

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me encanta muchas gracias Hermanos,es de gran ayuda para prepararme

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